martes, 14 de diciembre de 2010

Un siglo de luces, un siglo de ella

Y llega el frío. Adoro el vaho saliendo de las bocas, llenando los pulmones de frescor. El frío congela todo, las pestañas tienen hielo. Pero las manos se cuelan en los bolsillos de los abrigos ajenos pudiendo encontrar un punto de calor. Mi punto de calor es ella. Es mi rincón de amor. Es algo intangible e inexplicable. Es ella. Una persona que tiene tres formas de reirse. La que utiliza cuando algo no le hace ni puta gracia, y no quiere ofender. Su carcajada al comenzar ese estado de éxtasis en el que entra cuando algo la complace, como un torrente de felicidad. Y una pequeña risa coqueta, que podría llegar a rozar la lujuria, que juraría que pocos tenemos el estimado placer de conocer. Quiero más nieve, calor, y amor contigo. Todo me parece demasiado poco. Me sabes ahora más que nunca a cerveza y eternidad.

Suena: Vetusta Morla - Los buenos