martes, 8 de febrero de 2011

Calor, demasiado calor.

A pesar del calor que hace hoy en Madrid al llegar a casa he decidido hacerme un té de menta. Cuando miro y veo la humeante taza siento que no puedo esperar y acerco la taza a mis labios. Me encanta la mezcla del olor a menta y agua hirviendo. Y aún más me encanta el calor que sube con fuerza y me obliga a cerrar los ojos, produciendo el humo una sensación de lo más extraña y gustosa en mis párpados. Trago y me doy cuenta de que efectivamente, estaba hirviendo y por tanto la acción de calor se había llevado acabo bien, demasiado bien. Mierda. Me he quemado la punta de lengua. Duele. Y mucho además. Dejo la taza y cuando la vuelvo a coger, ahora resulta estar más fría de lo deseado. Una cosa es tener lo que uno creía que quería delante, y otra muy diferente es que se nos pueda dar específicamente lo que queremos y sobre todo esperamos. Por tanto, un dia más conmigo misma me vale para darme cuenta de que encontrar el punto adecuado, e incluso me atrevería a decir necesario, es mucho más complicado de lo que parecía.

Suena: The Eagles - Hotel California "This could be heaven, or this could be hell."