sábado, 25 de septiembre de 2010

Acción. Reacción.

Según Nietzche supuestamente sólo aquel que contempla el dormir como una verdadera virtud, es un verdadero sabio, supuestamente. Las unidades de tiempo fragmentadas en el transcurso de nuestro baño de sueño, mientras quedamos envueltos en nuestro mundo onírico, a mi me parece una absluta y puta mierda. Se olvida la tendencia objetiva de lo que hay, cuando por supuesto hay ago a lo que poder aferrarse. Pero sin descuidos, y con asustadiza precisión, uno se da cuenta de que el sueño fue un baile licencioso en el siglo XVIII, lo que remarca la imposibilidad de interpretación equitativa y simultanea a las persona a cerca del mismo concepto: Unos bailan deliberadamente, y otros se quedan envueltos en sábanas sucias discutiendo con presagios, aquellas señales que altruistamente nos anuncian, indican y supuestamente previenen de los sucesos, pero que aun así, no captamos lo suficiente. Cuando al franquear unos confirman de menos, y otros hablan de más, el presagio fue hasta fluorescente. Por eso, a pesar de discrepar con unos, abogo por lo dicho por otros, ya que deberían supeditar las técnicas que nos permitirán desarrollar cierto nivel de supervivencia, como el método científico basado en la acción-reacción. Un método tan sencillo que nos afirma el hecho de que si antes de cada acción pudiesemos prever todas sus consecuencias, tanto y con el escrupuloso orden intacto, las inmediatas, probables, posibles y finalmente imaginables, llegaríamos a sorprendernos de lo estáticos que nos habríamos quedado ya desde el pensamiento originario.

Suena: Coldplay - Fix you